viernes, 16 de julio de 2010

Elizabeth Roudinesco* en Buenos Aires por Araceli Otamendi



(Buenos Aires) Araceli Otamendi



                    La pensadora  francesa Elizabeth Roudinesco estuvo en Buenos Aires. En una de sus conferencias, en la Academia Nacional de Bellas Artes demostró su pensamiento claro y preciso acerca de una serie de temas relacionados con el arte, la estética y el psicoanálisis.
                    “Esta conferencia comenzó con un acto fallido”, dijo Roudinesco,porque olvidé mis papeles en Francia. Eran notas manuscritas, no sabía que querían que presentara una conferencia sobre un tema específico. El tema pedido es muy vasto. No sé si lo conozco en profundidad. Nunca me gustó la interpretación de las obras de arte a través del psicoanálisis. Creo que los escritos de Freud sobre la obra de Leonardo Da Vinci son únicos”. Roudinesco  también afirmó: “no son buenos los resultados cuando se aplica el psicoanálisis al arte y a la literatura. Sí me interesó la manera en que Freud utilizó las obras de arte para teorizar”. “También me interesa el descubrimiento de Freud de la tragedia griega y de eso hablé en mi libro La familia en desorden”, dijo Roudinesco.
                     En cuanto a los surrealistas, la psicoanalista expresó: “fueron los primeros en comprender el sicoanálisis, los sueños, el inconsciente se transparentan en la pintura, en los escritos de ellos”.
Max Ernst nos muestra claramente como quiso hacer  aparecer en sus cuadros el inconsciente. En la obra de Ernst hay algo que se parece a las filmaciones del cine americano”.
 La psicoanalista  hizo hincapié en el nacimiento del cine y del psicoanálisis al mismo tiempo,  “tienen una historia común” dijo. “El cine aportó algo nuevo al imaginario del mismo modo que lo hizo el psicoanálisis”, agregó  Roudinesco.
Respecto a su familiariazación con el arte, Roudinesco rememoró su iniciación en el conocimiento gracias a su padre. “Tuve muchos problemas con la pinturaporque mi padre era un gran coleccionista. Coleccionaba objetos de arte, pinturas, libros antiguos, pasé mi infancia dentro de un museo. Desde los 5 hasta los 17 años tenía que visitar todos los museos con mi padre y su departamento era un museo. Él tenía un sentido muy particular en el peritaje de las obras de arte. Tenía una gran capacidad de reconocer inmediatamente el talento, el genio, de reconocer una obra falsa, de saber cuánto vale una obra de arte.
 Mis padres se habían divorciado y mi padre me llevaba un mes de vacaciones por Italia para visitar todos los museos. Eso significaba una ausencia total de libertad, yo no podía describir una pintura por mis propios medios ya que mi padre lo explicaba todo. Me acuerdo de una visita a la casa de la Sra. Peggy Gugenheim, una persona que me impresionó mucho. Ahí por primera vez en su casa ví pinturas de los surrealistas. Y mi padre detestaba la pintura surrealista porque no la entendía. Yo me puse a conocer desesperadamente la pintura surrealista, me hicieron falta muchos años para encontrar un equilibrio y volver a visitar los museos. Mi padre vendió su colección pero recibí como herencia muchos objetos de arte. Mi padre también había comprado muebles antiguos. Actualmente prefiero las paredes blancas, algunos retratos. El hecho de ser hija de un coleccionista le deja a uno algo muy particular. A pesar mío, cuando voy a un museo reconozco lo que estoy viendo. Sé reconocer las escuelas cuando veo los cuadros. Al mismo tiempo tengo algo fóbico con los museos, es para mi un problema cuando entro. En la actualidad conservo el amor por Italia y voy dos veces por año”.

Cine y psicoanálisis


Acerca del cine y el psicoanálisis Roudinesco  hizo varios comentarios, entre ellos  los  siguientes:

La expresión de arte que más me fascina es el cine, el arte de reproducción. Muchos psicoanalistas que huían del nazismo se instalaron en California, cerca de Hollywood. Entonces hubo como una impregnación de esos temas en el cine norteamericano. Los films de Hitchcock, Minelli, Elia Kazan son exponentes de la presencia en escena de situaciones psicoanalíticas. Se puede decir que el cine en Estados Unidos desempeñó el mismo rol que habían desempeñado los surrealistas en Francia. Me interesa también la forma en que el cine norteamericano retomó algunos mitos fundadores de la tragedia. Freud que es un pensador muy personal reactualizó los mitos fundadores de la tragedia”.

Lacan y Freud eran coleccionistas, como mi padre”, dijo la sicoanalista.

Melanie Klein es moderna, contemporánea de Virginia Woolf. La concepción kleiniana del inconsciente, de las pesadillas se parecían mucho a los cuadros de Max Ernst.”, expresó.

“En la historia del psicoanálisis hay algo que se parece a la historia del arte” dijo.

Lacan buscaba en la literatura la confirmación de su pensamiento. Introdujo la filosofía alemana y esa es su fuerza. Era seguidor de Hegel, de Heidegger”. “Lacan era un gran comentador de textos, se nutría de esos textos para trabajar su teoría”.


Sartre, Deleuze, Foucault, Derrida


Roudinesco también hizo algunas apreciaciones sobre los pensadores franceses  Deleuze, Foucault y Derrida: Son grandes escritores, son filósofos que derriban barreras entre literatura y filosofía” dijo.
En cuanto a Sartre, la psicoanalista expresó: “En los años ´70 Sartre seguía siendo el intelectual, la figura de Sartre era omnipresente y formo parte de la gente que admiraba a Sartre”.

En mayo del ´68 Lacan, Sartre, y Foucault desempeñaron un rol muy importante. No hubo terrorismo en Francia como hubo en Italia, en parte porque Sartre era una figura moral, evitó que los maoístas se hicieran terroristas, Sartre los protegió”. En cuanto a la posición de Lacan  sobre este tema, Roudinesco expresó: “Lacan decía que había que volver al psicoanálisis. Los tres acompañaban la revolución pero no la impulsaban a los extremos”

En cuanto a Deleuze,-  Roudinesco era su alumna –dijo: Deleuze afirmaba que cada uno debe encontrar su deseo y su compromiso”. La psicoanalista, quien  también seguía los cursos de Lacan, aseguró que “Deleuze ayudaba a soportar a Lacan”.

(c) Araceli Otamendi- Todos los derechos reservados

* nota publicada originalmente en la revista Archivos del Sur

crédito de la fotografía: Araceli Otamendi

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