sábado, 15 de octubre de 2011

Entrevista a Julia Solomonoff y a Ana Berard- directora y codirectora de Biografía de un río


Bartomeu y Julia Solomonoff














(Buenos Aires)

A raíz del estreno de Biografía de un río por el canal Encuentro, presentada en el Centro Cultural de España en Buenos Aires, entrevisté a Julia Solomonoff y  a Ana Berard, directora y codirectora del film.
El primer capítulo de Biografía de un río nos presenta la Expedición fluvial Paraná ra'Anga, que remontó los ríos Paraná y Paraguay en marzo de 2010, desde Buenos Aires hasta Asunción, llevando a bordo una singular tripulación compuesta por artistas, intelectuales e investigadores científicos y sociales, argentinos, paraguayos y españoles.

Las crónicas del navegante alemán Ulrico Schmidl, autor de la primera crónica sobre el Río de la Plata, y la carta de Isabel Guevara introducen a los expedicionarios en la historia de la navegación del río, al tiempo que los enfrenta a la gran transformación que sufrirá el mayor humedal del planeta, una vez que se termine el proyecto de la hidrovía que vinculará el puerto de Asunción con el oceáno Atlántico.
Así empieza a contarse la biografía del Paraná, vía de comunicación, fuente de agua potable, de energía y alimento de más de 40 millones de personas.


Entrevista


Pregunta: -¿Cómo se organizó la filmación del documental? ¿tenían un plan o iban viendo cada día a quiénes registraban con la cámara? ¿lo pensaron como un diario de navegación?



Respuesta:- Teníamos dos unidades: una de tierra, a cargo de Ana Berard y una en el barco, a cargo mío (Julia Solomonoff)

Habíamos hecho durante 6 meses previos una investigación de contenidos y fijado temas y capítulos. La cámara de tierra tenia una agenda bastante ajustada de entrevistas con especialistas en distintos temas (ingenieros hidrólogos, biólogos, historiadores, geólogos) y testimonios de gente local en contacto con el rio (pescadores, alfareros, junqueros). La cámara del barco captaba los diálogos y debates que surgían espontáneamente en la expedición, entre gente de disciplinas muy diversas, que no están acostumbradas a dialogar entre sí, acerca de sus visiones o saberes en torno al rio… También tomaba entrevistas individuales, aprovechando los conocimientos de biólogos, historiadores, geógrafos a bordo y por supuesto, registraba el paisaje, el viaje, observaba el rio inmenso y sus costas cambiantes en amaneceres, atardeceres, tormentas…

P.-  ¿Cuáles fueron las mayores dificultades durante la expedición para hacer el documental?

R. - El comienzo fue tenso, porque Prefectura no liberaba al barco y los primeros 5 días era una expedición sin barco… decidimos que eso no formara parte de los documentales, porque de alguna manera, a la distancia, eso fue menor…los documentales son acerca del rio. La expedición es el marco, pero el protagonista es el rio.



P.- ¿La expedición Paraná Ra ´ Anga les deparó alguna sorpresa? ¿algo que no estaba en los planes de ustedes?

JS: Reconozco que maginaba una aventura a la Herzog: barco remontando el Paraná hasta el Paraguay, expedición, selva subtropical... Y tengo que admitir que me decepcioné un poco ante el confort del barco de tres pisos: salón comedor, aire acondicionado, microcine (en realidad era una disco/ karaoke que usamos para proyectar pelis y para los debates) y un menú muy rico que hizo que todos ganáramos varios kilos…

Esa decepcion inicial fue totalmente revertida ya en los primeros días: la verdadera aventura que encerraba este viaje era menos física y menos visible para la cámara. Si el descubrimiento era aprender a ver el rio desde perspectivas tan diferentes como la de un poeta, un ingeniero, un astrónomo, una bióloga; la revelación fue la lentitud: avanzar a paso humano por el rio, observar la inmensidad dia y noche, eterna, estar 5 dias sin pisar tierra (y sin señal de celular ni mails), perder la independencia de circular por una calle… todo eso nos puso en una especie de “estado de entrega” que es muy difícil de transmitir y que es cada vez mas difícil de experimentar en este mundo rápido e hiperconectado. Finalmente el viaje no fue la aventura física que yo esperaba. Fue metafísica.

AB: El viaje de la unidad de tierra fue algo diferente a la expedición, si bien la seguíamos y esperábamos, lo que nos deparaba el viaje estaba en las márgenes del Paraná y el Paraguay. Fue sorprendente, para mi, encontrar esa diversidad de cosmovisiones sobre el Rio. Es increíble la simpleza y la tranquilidad de la gente que convive con el rio sin querer intervenir o modificarlo; sino todo lo contrario: vivir bajo a concepción de que el rio no es estabilidad. Están las crecidas y las bajantes, y cada una demanda una adaptación en la forma de vivir. Pero me resulto aun mas sorprendente el respeto que demostraron frente a esta cosmovisión los que estudian el rio desde hace años. Esta idea de la convivencia de la investigación científica en encuentro con la experiencia de los habitantes posibilitan la creación de un saber conjunto, de una humanidad no dividida. Me hizo pensar que después de todo existen lugares y personas que buscan dejar de lado la hegemonía de la noción de progreso para valorar una forma de aprender cuyo objetivo no es demostrar una verdad, sino encontrarla.


P. -  Siempre se intentó hacer un cruce de disciplinas entre los integrantes de la expedición o ¿iban surgiendo temas a medida que hacían la navegación?

JS: Iban surgeindo temas inesperados. Pero la premisa era esa: reunir gente de diversas disciplinas científicas, de diversos saberes y experiencias y ver que significa por ejemplo el rio para un biólogo, que para un historiador, que para un economista o para un filósofo. La premisa era discutir sin un mapa demasiado marcado, para poder dar lugar a conexiones nuevas, inesperadas, reveladoras. Y sucedieron y fue un gran disparador de proyectos, debates, deseos.


P.-  El texto de Ulrico Schmidel les sirvió de punto de partida para elaborar un punto de vista histórico, ¿lo tenían en cuenta para la filmación?. La misma pregunta para la carta de Isabel de Guevara que se menciona. ¿Tomaron textos de algún otro escritor como guía?

R.- Leímos (y seguimos leyendo, porque seguimos editando) muchos textos distintos Desde Ulrico Schmidl a El rio sin orillas, de Saer. Desde Zama a textos de las misiones jesuíticas, tratados actuales sobre biodiversidad en el Pantanal, En el aura del sauce, de J. L. Ortiz. Los escritos de Darwin, Yo, el Supremo de Roa Bastos, Sudeste, de Haroldo Conti.

P.- ¿Desde el punto de vista de cada una de ustedes, qué es lo más importante de esta experiencia?


JS: El descubrir, por ejemplo que Buenos Aires y Asunción están unidas desde su nacimiento, que tienen un fuerte vínculo histórico que parece haber sido truncado sobre todo con la dictadura de Stroessner, que implicÓ 35 años de duro aislamiento. Recorrer el río desde perspectivas históricas, culturales, económicas, ecológicas nos permitió entender cuanto tenemos en común, empezar a pensarnos mas a nivel regional que nacional, entender algo tan simple como que el rio, que en algunos casos es frontera es, fundamentalmente, medio de comunicación, de contacto, de intercambio y por supuesto, fuente esencial de vida.



AB: Creo que lo más importante de esta experiencia es que pueda dar cuenta del enorme valor de los Ríos, que no refieren a una masa de agua dulce que corre de un lado a otro, sino a un complejo sistema de vida del que no somos ajenos ni dueños. Es poco lo que mucha de la gente que vive en la cuenca del Plata o cualquier cuerpo fluvial, por decirlo de alguna forma, conoce de su riqueza. Cuan poco predispuestos podemos estar para entender lo constitutivo que es para cualquier cultura su vinculo con el agua, y particularmente generoso el del agua dulce. Trato de pensar que el registro de este viaje pueda ayudar a entender el Rio y sus culturas, respetar sus formas, sus hallazgos y reconocer, tal vez, que la mirada centrada en el hombre es demasiado corta sino encuentra la humildad de reconocerse como parte.

(c)Araceli Otamendi  - todos los derechos reservados