martes, 15 de noviembre de 2011

Entrevista a Oscar Molek, fotógrafo, por Araceli Otamendi




Oscar Molek
muestra Bahía (c) Oscar Molek
muestra Bahía (c) Oscar Molek










(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Oscar Molek  (Vicente López, Pcia. de Buenos Aires, 1950) es fotógrafo, publicista, docente y divulgador de la fotografía . Recientemente inauguró su muestra de fotografías titulada Bahía en la Fundación Centro de Estudios Brasileños. Parte de esta muestra también estuvo en la Embajada de Eslovenia en Buenos Aires.


¿Cuándo empezás a dedicarte a la fotografía? ¿cómo fueron tus inicios?




Cuando enseño, siempre muestro una cámara (de caja tipo detective que se usaba en Nueva York ya en 1890 y que apareció en casa) e hice mis primeras experiencias ya a los 12 o 13 años.
Siempre que recuerdo, cargué con una cámara a donde iba, desde muy joven. Mi primer salario allá por los 15 años lo utilicé para comprarme una pequeña camarita compacta…..y luego pasé un tiempo de experiencia con una super 8 (empalmando películas) .
¿A tener una relación mas visceral con lo fotográfico?,  podría decir que a partir de los años 80 cuando viví en Eslovenia, por aquel entonces parte de Yugoslavia. Allí comencé a estudiar “ Etnología / Usos y costumbres de los pueblos". En la universidad conocí a Ales Gacnik, hoy gran amigo - y también gran etnólogo, que me enseño los primeros pasos del valor testimonial de la fotografía y la magia del laboratorio. Desde entonces mi relación con ella fue otra. Y creo que desde la investigación etnológica se reafirmó interiormente aquella identidad de lo propio (lo eslavo ) y la búsqueda y exploración de lo diferente en otras culturas que finalmente se plasma en lo fotográfico.

¿Por qué elegiste el paisaje de Bahía para las fotos de la  última muestra? ¿qué otros lugares fotografiaste?

La literatura y el cine fueron los acercamientos al continente de Latinoamérica, con Amalia (mi esposa y también artista visual) viajamos mucho en los años 70, desde México hacia el sur, América central, Perú, Bolivia, Chile, era un continente que estaba en ebullición y queríamos conocerlo desde distintas experiencias. Conocía el mundo bahiano por la literatura y la música, y recién en los años 90 el rumbo fue hacia Brasil y el mundo afro: siempre me atrajo lo diferente (mis orígenes culturales son eslavos con fuerte acento cultural centroeuropeo ) y ese es mi horizonte en lo fotográfico, al menos hasta ahora.


¿Qué tipo de cámara preferís, digital o analógica?

Depende que trabajo se haga, me gusta en el blanco y negro la película, quiero decir la analógica. Como las revelo yo mismo y comienzo a "buscar"  los resultados a partir de las copias que yo mismo realizo, lo entiendo como un proceso. Hasta ese momento es como un descubrimiento: durante un tiempo, desde sacar la foto hasta ver los resultados puede pasar un tiempo, y todo está guardado, sin verlo, latente, como misterioso esperando que lo descubramos.
Pero, en los últimos años trabajo también con cámara digital. Aquí no hay pausa ni misterio, todo es inmediato, ya sabés que lo que hiciste.
Las películas y copias son el contacto como poner la mano en la materia. Es otro proceso, temporal - existe la pausa - hasta diría espiritual.


¿Quiénes fueron tus maestros?


Mi aprendizaje fue de algún modo autodidacta, abordé la práctica fotográfica conociendo e indagando la obra de los grandes maestros: de Hebert List me encanta por ejemplo su estética refinada y la metáfora que plasmar mensajes.  La obra de Martin Chambi, Tina Modotti y Werner Bischof por otro lado me acercaron al terreno social y en otro sentido me asombré con los trabajos de Alexander Rotchensko o algunos otros (no tan conocidos) como Claudia Andujar o André Cypriano y nauralmente a Pierre Verger en Brasil, Jean Claude Vicky que hizo un trabajo increíble sobre los mineros de Bolivia. Previamente viviendo en Eslovenia entre 1983 y1987  descubrí a un reconocido maestro de allá, Stojan Kerbler quien quizás me marco una dirección en el sentido antropológico de lo fotográfico.
En Argentina fui descubriendo la obra de Alicia D´amico, Oscar Pintor, Juan Travnik, Eduardo Gil, y ahora redescubro la obra de Carlos Bosch, quien justamente esta exponiendo en Buenos Aires. Diferentes propuestas y estéticas fueron dejando en mí una marca de cómo observar la fotografía y admirando así  acercarme a la fotografia. Asistí a distintos talleres que me enseñaron mucho y bien, no he tenido en ellos un maestro guía digamos.

 ¿Cómo elegís los temas que vas a fotografiar?


Descubro y siento que mis imágenes son en sí, “microcosmos” , que encierran fragmentos de humanidades, de labores, de espacios y de tiempos.
Me interesan los seres anónimos y retazos de la vida cotidiana para hacerlos visibles en la fugacidad y la indiferencia en los tiempos que vivimos.
Fotografío lo que me moviliza, lo que me mueve interiormente, del mismo modo que me detengo sobre la obra de los autores mencionados. No tengo temas predeterminados y no fotografío mucho tampoco.

¿Podés contar algunas anécdotas de tu trabajo?


Dicen que detrás de cada foto hay una historia, y es así, entre muchas otras la experiencia, la que viví con el estibador de Bahía, de quien no recuerdo su nombre, lo observaba durante días cómo realizaba la carga de las bolsas de hielo, cada una de 30 kilos más o menos  y me parecía increíble ver eso continuamente. Pensé en sus antepasados, la llegada a este continente, sus sufrimientos, esa carga que no tenía dimensión humana;  un día decidí tomarle algunas fotografías: cuando me vio acercarme con la cámara se escapó, vaya a saber qué pensaba. Entonces lo seguí por un pequeño arbolado (no sabía donde me metía ) e intenté explicarle en mi castellano que es lo que quería. Nunca supe que me contestó porque estaba esquivo y parecía enojado, repentinamente se paró delante mío y posó con una suave sonrisa. Su cuerpo era una perfecta escultura griega de color morena, su cuerpo sudoroso reflejaba la intensidad de su trabajo que también forjaba su musculatura.
En su “ pose"  me hizo sentir que se sentía orgulloso de él….y naturalmente hoy el género femenino que ve la obra deja explícitos sus comentarios.
El círculo se cierra al verlo al verlo expuesto, y me trae el recuerdo de aquella toma, volví otra vez después de eso a Bahía, quise encontrarlo y entregarle la foto, nadie supo decirme qué era de la vida de ese muchacho.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur - todos los derechos reservados

Más sobre Oscar Molek:

Oskar Molek (Vicente López, Provincia de Buenos Aires, 1950) es publicista, docente, investigador y divulgador de la fotografía. Realizó estudios de etnología en la Universidad de Ljubljana, Eslovenia, donde residió entre 1982 y 1987. En esos años asistió a las conferencias sobre Historia del Arte Contemporáneo del Dr. Tomaz Brejc en la Academia de Arte de esa ciudad, y realizó también sus primeros estudios de fotografía con Ales Gacnik. Ya en la Argentina asistió a cursos y seminarios de perfeccionamiento en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, con Norberto Salerno, Raúl Ponce, Guillermo Mischkinis. Tomó también talleres con Héctor Cartier, Alejandra Niedermaier, Filiberto Mugnani y Maria Kuzmuk.
Sus fotografías han sido publicadas en catálogos y medios gráficos de Argentina y Eslovenia, y participó en numerosas muestras colectivas. Entre las últimas individuales se pueden citar: Huellas y semblanzas andinas (Complejo Cultural Cankarjev Dom. Ljubljana, Eslovenia, luego Museo José Hernández, Festival de la Luz, Buenos Aires, 2009); Bolivia, futuro del pasado (Museo Municipal de Arte Moderno Fernán Félix de Amador, Luján, Provincia de Buenos Aires, 2007); y Huellas y semblanzas andinas (Alianza Francesa, Buenos Aires, 2006). Participó además como fotógrafo de la muestra Viktor Sulcic. Architet. Homenaje en el Bicentenario (Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2010).

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