viernes, 14 de noviembre de 2014

Entrevista inédita a Mirta Arlt por Araceli Otamendi



 



(Buenos Aires) Araceli Otamendi

Mirta Arlt nació en Córdoba, en 1923. Era hija del escritor argentino Roberto Arlt y de Carmen Antinucci. Murió en Buenos Aires el 12 de noviembre de 2014. Su nombre completo era Electra Mirta Arlt. Según contó una vez, el nombre Electra fue elegido por su padre y Mirta, por su madre.

Era traductora nacional de inglés y Profesora de Lengua y literatura por la Universidad Nacional de Córdoba. Como profesora trabajó en varias universidades nacionales como la de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Era también investigadora de teatro. Escribió numerosos libros y trabajos, entre ellos la novela El sobreviviente, premiada. También numerosos ensayos sobre la obra de Roberto Arlt y los prólogos a varias de sus obras como Los siete locos, 300 millones, La juerga de los polichinelas y El desierto entra a la ciudad. También trabajó como guionista en las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Roberto Arlt Los siete locos y El juguete rabioso.

Recibió el Premio Municipal por su novela El sobreviviente y el premio Rául Doblas otorgado por Argentores.

Conocí a Mirta Arlt en el año 1986, cuando concurrí por primera vez a uno de los talleres literarios que ella coordinaba en la Sociedad Argentina de Escritores, en la sede de la calle Uruguay. Durante cinco años seguí participando en sus talleres, primero en la SADE y después con un pequeño grupo, en su casa. En el taller literario que ella coordinaba estudié literatura inglesa y norteamericana, literatura argentina, latinoamericana y europea, teatro, narrativa policial e hice investigación en literatura policial.

Esta entrevista inédita que le hice a Mirta Arlt fue realizada en la Sociedad Argentina de Escritores, en la época en que yo participaba de uno de los talleres literarios que ella coordinaba en esa institución en el año 1987.

Recuerdo a Mirta con cariño y agradecimiento.

Entrevista a Mirta Arlt por Araceli Otamendi

(Buenos Aires)

Mirta Arlt está de regreso en Buenos Aires después de un viaje a París donde participó en un homenaje a su padre, el escritor Roberto Arlt.

La literatura

Araceli Otamendi: - En ocasión de su último viaje a Paris ¿podría decirme cómo los intelectuales franceses ven la literatura argentina actual?

Mirta Arlt: - Yo creo que hay un gran interés por la literatura argentina en este momento porque los franceses están en un cierto estancamiento. No hay corrientes nuevas como en la época de Sartre, de Camus. Los franceses se encuentran mirando hacia afuera y eso hace que nos descubran y se interesen por los escritores de América Latina. No podría decir por qué. La intuición mía es que tienen el mito de lo exótico y miran hacia los escritores de América en busca de cierto exotismo pero no en corriente de pensamiento, buscan el color local, lo exótico que todavía piensan que existe en América. García Márquez, Rulfo, Vargas Llosa, eso que es tan característico y lo atribuyen a América Latina.

A.O.: - ¿Qué escritores argentinos son más conocidos?

M.A.: - Por ejemplo en el Pompidou hay una sala que se llama Borges, Sabato es alguien muy popular. Hay un grupo de escritores latinoamericanos muy conocido, Roa Bastos que es paraguayo, Onetti que es uruguayo, García Márquez, Juan Rulfo, Vargas Llosa.

A.O.: - ¿Qué escritor le impactó más y por qué?

M.A.: - Los escritores franceses no son gente de fácil acceso. He conocido a Phillip Soller. No puedo decir quienes me han impactado más. Hay un escritor Bianchotti que escribe en francés, Severo Sarduy, cubano, es ya francés. Habría que vivir mucho tiempo para saber. En este momento no hay un escritor que sobresalga en Francia. Me interesan más los escritores de nuestro país. Héctor Tizón, jujeño, me impacta más.

A.O.: - ¿Cómo vio el trabajo literario actual en Francia? ¿hay talleres literarios como en la Argentina, se trabaja en forma similar?

M.A.: - En Francia no, hay pocos talleres literarios, el taller literario es un fenómeno estadounidense. Los nuevos escritores surgen de grupos, de revistas literarias, no hay un movimiento. A lo mejor hay un núcleo muy pequeño. Se reúnen una serie de personas que tienen una formación literaria a leer entre ellos. El taller literario se da más en España. Los diarios tienen poco espacio para publicar. Publicar es muy difícil.

A.O.: - La formación de los franceses ¿no les quita creatividad?

M.A.: - La formación es muy técnica. La crítica que se hace aplica modelos. El modelo de los estructuralistas hace una disección. Va aplicando categorías para analizar el cuento folklórico. Autores de crítica literaria aplican sus modelos técnicos, pero esa crítica no contribuye a hacerlos creadores. Por un lado están los creadores y por otro lado la gente que hace de su vida un oficio crítico muy riguroso que reduce el cuento y la novela a una serie de pautas que no son interesantes para el escritor. Este menosprecia el trabajo del crítico. El crítico nunca salta a la creación. Roland Barthes es una excepción porque escribió una novela. Su fuerte está en la investigación. No es un comentario de texto lo que estimula la sensibilidad del escritor sino encontrar técnicas del texto literario. El escritor no sale del campo de la crítica. La crítica es muy rigurosa, muy técnica, muy descarnada.

A.O.: - ¿Se destacan las mujeres intelectuales en Francia? ¿Cómo las ve?

M.A.: - La literatura femenina es muy importante. No se hace ninguna distinción entre literatura masculina y literatura femenina.

A.O.: - ¿Podría nombrar alguna que se destaque más, que sea descollante?

M.A.: - Marguerite Yourcenar, la primera mujer que entra en la Academia. Allá no hay barreras entre lo masculino y lo femenino. Hay muchas mujeres que escriben.


El homenaje a Roberto Arlt en París
A.O.: - ¿Cuál fue su participación en el homenaje a Roberto Arlt en París?

M.A.: - Mi participación fue armar una mesa redonda durante la exposición sobre Roberto Arlt.

Llevé todas las ediciones que se hicieron en la Argentina pero también las del extranjero, todas las traducciones que hubo de las obras, al portugués, al inglés, al italiano, al alemán y al ruso.

Primero participé de la organización de los elementos que conforman la muestra, libros del autor libros traducidos, y libros sobre el autor. Otro aspecto que se mostró fueron las cartas, manuscritos, fotografías de la época para que el público se ubicara en lo que pasaba en la Argentina de esa época. Hubo también un video. En el medio de la sala se instaló una pantalla y constantemente se pasaban los cuentos filmados, películas que se hicieron en televisión y luego la gente miraba las películas, los libros, los manuscritos, todo eso estaba en las vitrinas. Solamente se pudieron llevar dos películas: El jorobadito y El juguete rabioso. Los siete locos no se pudo llevar, no podría decir por qué.

Además hubo que organizar las mesas redondas que compartí con distintos especialistas de literatura y con los traductores. Se hicieron lecturas de trozos traducidos al francés, que fueron leídos en francés y en castellano.

A.O.: - ¿Qué significa Roberto Arlt para los franceses?

M.A.: - Para los franceses el interés por la literatura está en lo que ellos no han podido hacer. Nuestra manera de mezclar la fantasía con la realidad. Ellos descubren a Roberto Arlt porque la literatura es como algo simultáneo a través del tiempo. Lo que hay en las artes es una sensibilidad que lleva al campo de la pintura, de la literatura, aspectos, zonas, maneras de sentir del ser humano. ¿Por qué es importante Kafka? Aunque hubiera escrito solo La metamorfosis sería importante, porque resalta lo que es el proceso de desidentidad. Ese ser que se convierte en un bicho dentro de su propia familia, esa sensación de extrañeza que tiene el hombre de nuestro tiempo, que no tenía el hombre del siglo XIX. En el proceso de desidentidad, el hombre no sabe quién es ni qué es. Es un proceso típico del siglo XX que capta Kafka. En la literatura no hay progreso. Hay parcelas de la identidad que sólo pueden ser captadas por un escritor. Los tipos que encuentran una veta específica que hasta entonces no se había encontrado y encuentran la manera de decirlo son escritores. Roberto Arlt encuentra y dice lo que es el hombre angustiado (lo que escribió Camus) que pierde identidad.

Acerca de los escritores

A.O.: - ¿Alguna vez ha tenido el deseo de emular a su padre?

M.A.: - No, mi padre tenía problemas que tenía el hombre de ese momento histórico.

A.O. - Tal vez la pregunta debería ser ¿ha querido alguna vez alcanzar la fama de su padre?

M.A.: - Los escritores que han pasado a la historia no han pasado por famosos. Shakespeare, Moliere fueron perseguidos en su tiempo. La fama no tiene que ver con los valores. Depende cuáles son tus anhelos, si vos sos real, sos auténtico. Es el drama de Salieri frente a Mozart. Un escritor tiene su satisfacción en el momento que sabe que eso que ha escrito es definitivo. Que nadie lo podría haber escrito mejor y eso que querías expresar no lo expresó otro.

A.O.: - ¿Cuál fue la mayor satisfacción que recibió en el homenaje a su padre?

M.A.: - Yo ya estoy acostumbrada a las satisfacciones. Las satisfacciones dependen de lo que significan para cada uno. Mi mayor satisfacción fue ver que un escritor antes de morirse sabía que era un escritor. Nunca entró en la revista Sur, ni a la facultad adonde entraban los que se consideraban escritores. Si alguien te dice yo soy un gran escritor y no ha podido ver que lo han reconocido hay una gran satisfacción por su reconocimiento actual y por otro lado una gran angustia de que Roberto Arlt no haya recibido una satisfacción. Si yo entrara a creer que eso me corresponde sería una delirante. Yo lo recibo pero no me mareo.

En el plano personal me conmueve mucho más una conversación con alguien que una comida con caviar. Mis satisfacciones no son muy delicadas en cuanto al paladar. Me da lo mismo comer papas fritas con huevo que comer una codorniz ahumada.

A.O.: -¿Qué está escribiendo en este momento?

M.A.: - Varias cosas, entre ellas una novela.

A.O.: - ¿Cómo elige los temas de lo que escribe?

M.A.: - De pronto algo que veo, una frase, una palabra me moviliza, una cantidad de evocaciones. Las cosas que te movilizan son impensables. A veces es un sonido. De pronto es un episodio, una mirada. Las maneras de surgir el cuento, la novela son de lo más dispares. De pronto no sé si hay una receta, un orden pero los personajes van madurando. Es muy importante saber cuál es lo que vos querés plasmar de ese personaje o de ese cuento. La historia es como una estructura que está conteniendo muchos niveles de esa historia. Kafka escribe lo que se le ocurre, ese ser que se convierte en un bicho. La anécdota es lo que permite introducir una serie de contenidos para poner un perfume, cómo alguien siente un dolor, una alegría. El puro cuento es la anécdota por la anécdota misma. Es de una superficialidad alarmante. Cuando vos lees a Curson McCullers o a Salinger encontrás algo detrás de la anécdota. Los escritores siempre tienen dos o tres obsesiones.

A.O.: - Alguna vez ha comparado el matrimonio con el servicio militar ¿podría aclararlo?

M.A.: - Yo pienso que las experiencias de tipo sentimental, amoroso, de tipo afectivo tienen una gran margen de creación. Ese margen de creación que tiene una vía de realización, tiene que ver con la experiencia. Como un cuadro que se sigue pintando toda la vida. Eso tiene una gran parte de sufrimiento. Tiene un hecho doloroso. El servicio militar es una cosa penitencial. Cuando se vive y se reconoce que algunas relaciones han sido necesarias para adquirir cierta experiencia. El servicio militar ha servido para aprender a tirar. El servicio militar de la vida es aquello que es inesquivable, el derecho de piso que hay que pagar para vivir, para ser un ser humano en la vida. Lo de servicio militar es una humorada.

(c) Araceli Otamendi - Archivos del Sur